La canción trata sobre un pequeño fantasma caníbal que hizo amistad con una chica encantada de Ciudad del Cabo. Se prometieron ser hermanos, pero el fantasma tenía un deseo de venganza eterna y se comía las cabezas de ranas, los ojos de mono, las almas de jirafa y otras criaturas para satisfacerse. Con el paso de los años, el fantasma no encontraba nada que comer y se sentía solo hasta que la chica encantada apareció y le dio esperanza y leche. Viajaron juntos, pero eventualmente, el fantasma quedó encantado por la mirada de la chica y murió, y la chica tuvo que esconderse en París.