La canción habla de una noche loca en la que el protagonista y su pareja fueron a comprar tabaco pero regresaron con las manos vacías, se embriagaron e incluso inhalaron cocaína en el coche. El coro repite las mismas líneas sobre el protagonista teniendo, metafóricamente, una flor en su trasero, un camello en Hong Kong, un cohete en sus pantalones y una geisha en Japón, mientras las acciones de su pareja le lastiman profundamente. El mensaje de la canción parece ser sobre vivir la vida al límite y no arrepentirse de nada, incluso si conduce a comportamientos destructivos.