El protagonista está luchando por expresar sus sentimientos a su pareja y confía en los recuerdos para sentirse vivo. Se ha convertido en la persona que necesitaba cuando era niño. A pesar de sus dificultades para extrañar a su pareja, se da cuenta de que ella fue la que lo hizo olvidar y también lo hizo sentir bien y mal. Ve su propia reflexión en ella y se da cuenta de que la vida no siempre va según lo planeado, pero ella es su equilibrio y juntos temen resultar heridos, como el origami arrugado que tienen en sus manos. A pesar de caminar juntos, se dirigen en direcciones opuestas hacia otros caminos en la vida.