El protagonista se está distanciando de su pareja y se pregunta si también le duele a ella. Solía rezar por ella como un santo, pero ahora está lleno de ira y las cosas han cambiado. El estribillo habla de estar perdidos en un paraíso de diamantes, de no ir a toda velocidad en la autopista y de permanecer juntos en la oscuridad. Quieren brillar intensamente y ser recordados como un hermoso pensamiento posterior, aunque las cosas se hayan complicado. El segundo verso lo canta la pareja del protagonista, quien desearía que todavía estuvieran juntos y se disculpa por molestarlo. Han estado separados por un tiempo y le resulta difícil lidiar con el espacio entre ellos. El final repite la idea de no olvidarse el uno del otro, pero también de no querer pensar demasiado en ello.