El protagonista se siente perdido y distraído de su rutina diaria, incluso se salta su corrida planeada. Tiene demasiada imaginación y tiende a meterse en problemas. Ve a su pareja en el bar pero se siente demasiado nervioso para hablarle. Bebe para calmar sus nervios y espera que tal vez su pareja dé el primer paso. El protagonista se siente triste y llora, pero solo siente el ardor de la sal en su rostro cuando las lágrimas se secan. Se siente perdido en sus propios pensamientos e imagina un campo de fútbol en su sala de estar. El protagonista espera que su pareja venga a su casa, pero tiene miedo de arruinar las cosas. En general, el protagonista está luchando por lidiar con sus pensamientos y emociones, y solo quiere que alguien lo ayude a escapar de la tristeza.