La canción habla de un cactus que suaviza las yemas de los dedos del protagonista con su piel y solo florece una vez cada cien años. El protagonista invoca el nombre de su pareja, a quien se compara con una dulce miel que puede convertir el amargo veneno del cactus en algo hermoso. Cada vez que el protagonista busca a su pareja, siente que ella está en todas partes e incluso las dunas de arena se convierten en icebergs, mientras que los pájaros se convierten en árboles, todo en la inmensidad de su amor.