El protagonista conoce a una mujer llamada Cleopatra en una plataforma de tren donde las promesas se rompen. Ella le dice que lo amará para siempre, pero su primer beso se siente como una despedida. A pesar de la noche lluviosa y de que ella baila en bares, él se siente atraído hacia ella. Compara sus ojos con una luna triste y declara que es un poeta sin suerte. Desea ser enterrado en su cintura cuando muera. El protagonista guarda recuerdos de sus besos no enviados en un cajón donde se guardan los miedos y los pecados. Aunque su amor no murió, su corazón está de luto. Recoge los frutos del amor que plantó entre la rutina y la pasión. Continúa buscando el amor en otras mujeres, pero sabe que el fuego que ella encendió en él sigue ardiendo. Está muriendo por dentro, aunque sonríe por fuera. Cleopatra le pide que tenga un hijo con ella, pero él piensa que es apto para el trabajo porque tiene experiencia en relaciones sin sentido. Quiere demostrar que no es sensato y que puede cometer más errores esta noche. Ve la tristeza en los demás y se siente un poco menos triste porque se acercó a ella. Se envuelve en una conversación y piensa que ella tiene clase, pero sabe que está borracho y dejó el amor encerrado en casa.