El protagonista reconoce que se encuentra en un estado de soledad, pero siente que tiene control sobre ello. Decide dejar de lado todas las reglas o expectativas y simplemente centrarse en sus propios problemas y miedos. Menciona que estaba ahogado en el cabello de su pareja, insinuando que estaba demasiado consumido por su relación. Le pide a su pareja que le permita estar solo y tomar sus propias decisiones, expresando su miedo tanto a ser amado como a ser decepcionado. Se siente perdido y reconoce que no estaba prestando suficiente atención a su pareja antes. Pide un poco de espacio para pensar y se da cuenta de que el mundo es lo suficientemente intenso para él por sí mismo.