El protagonista de Culiacán presume de su Camaro, su amor por el whisky, las mujeres y la velocidad mientras cruza por Anaya. El protagonista de Mazatlán lo interrumpe y habla de su amor por las carreras en su Viper, disfrutando de las lujos de la vida y su habilidad para conectarse con extranjeros para negocios. Se desafían mutuamente a una carrera con sus Corvettes y el resultado no se revela. En términos simples, dos tipos de diferentes ciudades presumen de sus autos rápidos y amor por la fiesta, luego se desafían mutuamente a una carrera con sus elegantes Corvettes. No sabemos quién gana al final.