El protagonista está en una fiesta donde hay música tocando afuera en el balcón. Se le acerca alguien que le ofrece una bebida y otra persona que quiere hablar con él, pero todo lo que él quiere es ver a su pareja bailar. Admira su cabello suelto y sus sandalias, y encuentra su baile fascinante. Es una persona tranquila que finge no bailar, pero secretamente desea poder hacerlo. Agradece a la persona que se ofrece a bailar con él, pero se niega y dice que tal vez la próxima vez. Solo quiere ver a su pareja bailar porque lo hace de manera natural, con fluidez. La música está alta y él dice que los músicos no bailan, pero aprecia la oferta y les agradece por insistir. Solo quiere ver a su pareja bailar porque ella tiene un don para ello.