El protagonista ve un corazón tumbado donde falta el mar, y los espíritus en el viento están llamando para encontrar al dueño del corazón. En la neblina, escucha gemidos sin ningún significado oculto, y encuentra una cama hecha de oro pero nadie está tumbado en ella. Sostiene una antigua boya como si fuera su compañero, llamando a las tormentas en el cielo para que lo liberen. Un demonio presiente su debilidad y se ríe con el sonido del mar, mientras un cuerno distante toca para señalar el final. En el agua negra, la luz murió y corremos a través de la tormenta, gritando tras el vuelo de las gaviotas. Los niños gritan durante la noche, llevados a la luz por el viento. Así que mantenme despierto, mantenme despierto.