La canción habla de una persona que se cuestiona por qué debería adorar a Dios cuando todo parece ir mal en su vida. La letra sugiere que el protagonista debería adorar a Dios no solo por lo que Él hace o por las posesiones materiales que tiene, sino por quién es Él. A pesar de perderlo todo, el protagonista decide simplemente adorar a Dios y alabarlo, diciendo que todo le pertenece a Él. El coro repite una frase que alaba a Dios tanto por dar como por quitar, y el puente repite la frase "A Él sea la gloria" varias veces, concluyendo con una declaración final de alabanza a Dios.