La canción cuenta la historia de dos chicas guays de Durango que se disfrazan de monjas para transportar drogas a Tijuana. Los puntos de control en la carretera no registran a las monjas, por lo que pasan las drogas sin problemas. Sin embargo, cuando un agente federal se vuelve sospechoso e intenta registrarlas, las monjas revelan su identidad como contrabandistas y matan al agente antes de escapar. La canción concluye con la noticia de que las dos monjas no han regresado al convento y se rumorea que viven en Sacramento con su cargamento de drogas.