El protagonista ama su trabajo porque disfruta de su salario y sus compañeros de trabajo. Siempre tiene una buena actitud hacia el trabajo. Se despierta sintiéndose con resaca y cansado, pero aún así ama su trabajo. Menciona que su radio lo despierta con una canción llamada "Dragostea din tei" y no tiene ganas de mirarse al espejo. Rápidamente se toma una taza de café y fuma un cigarrillo antes de darse cuenta de que ya está tarde. Nadie lo saluda en el trabajo y va al baño porque tiene diarrea. Escucha a su jefe con su secretaria y comenta lo bien que ella hace su trabajo. El protagonista se queja de sentirse atrapado en la misma rutina todos los días, pero también menciona que puede quedarse a dormir en el trabajo y nunca ve el sol. El jefe lo llama y le grita, criticándolo por llegar tarde y ser poco productivo. El protagonista se defiende, afirmando que ha investigado y documentado algo sobre su jefe. El jefe dice que discutirán el problema y el protagonista menciona que quiere un ascenso y una secretaria con un cuerpo estupendo, pero aclara que no quiere ser un criminal ni chantajear a nadie, solo buscar sus propios intereses. La canción termina con el protagonista celebrando siendo el nuevo jefe y siendo feliz con su trabajo, diciendo que ahora entiende las cosas y llama a la secretaria a su oficina.