La canción habla sobre la lucha del protagonista por ser auténtico y no pretender ser alguien que no es, incluso si implica ser lastimado. Siente que su pareja quiere que sea frágil y se esconda detrás del silencio, pero sabe que no puede mantener la farsa para siempre porque todo fluye. Le ruega a su pareja que use, atormente y destroce su alma si eso es lo que ella quiere, siempre y cuando no cambie su idea de ella como una conejita verde con mil caras divertidas. En el puente, habla sobre su pasado, reconociendo que es inútil negar las manchas indelebles en él y que ambos han pecado, pero lanzarle una piedra no sanará nada. El estribillo repite la misma idea de dejar que su pareja haga lo que quiera con él porque nada puede cambiar su idea de ella.