La canción habla sobre por qué no es necesario sufrir y ser frío con el mundo cuando todo lo que ocurrió entre la protagonista y su pareja fue tan hermoso. Nunca imaginaron que se casarían sin papeles y acabarían un día sin hogar, pero aún así valoran los recuerdos de su primer hogar, los peces a los que tuvieron que decir adiós y las noches pasadas comiendo y grabando canciones hasta el amanecer. Se preguntan por qué deberían desechar sus tarjetas y fotografías, olvidar su amistad antes de convertirse en amantes e intentar cambiarse mutuamente. Eran dueños de la noche, pero se perdieron y se separaron sin entender por qué, y extrañan ser la pareja locamente enamorada que solían ser. Al final, la canción repite la pregunta: ¿por qué sufrir si no es necesario?