La letra describe al protagonista liberándose de lo que lo detiene, ya sea de un Lago Ardiente o de una Puerta Oriental. Se anima a sí mismo a "hacer sonar esa cerradura" y liberarse de sus cadenas. Quiere vivir la vida a su manera y volver a donde cometió errores, incluso si eso significa perder la cabeza en el camino. El coro repite la frase "hacer sonar esa cerradura" y habla de dejar atrás el pecado y el caos para alcanzar un estado de felicidad que nada puede interrumpir. La letra también menciona a otros viajeros convirtiéndose en fantasmas, ángeles caídos disfrazados y un mundo suspendido en una cadena dorada. En general, la canción trata sobre liberarse y ser fiel a uno mismo.