El protagonista se siente confundido y desilusionado con el mundo que lo rodea. Ha intentado escapar para despejar su mente, pero incluso al leer las noticias solo le recuerda lo mal que están las cosas. Siempre ha habido problemas para llevarse bien y ponerse de acuerdo en las cosas, y parece que el juego de la vida los está tomando por tontos. Nadie puede hacer las reglas y la verdad de una persona puede ser la mentira de otra. El ciclo de la vida continúa con una persona tomando el lugar de otra y, en última instancia, el protagonista se da cuenta de que él tampoco puede hacer las reglas.