El protagonista disfruta beber whisky de centeno y expresa un fuerte deseo por él. Habla sobre cómo nadaría para siempre si el océano fuera whisky, pero como no lo es, juega a las cartas y confía en la suerte en su lugar. En la segunda canción, el protagonista y sus amigos deciden que es hora de cambiar de cerveza a whisky porque están cansados y quieren un cambio. Discuten sobre los efectos del whisky y cómo les puede hacer sentir poderosos. El protagonista también menciona a su compañero de juego de cartas que se emociona cuando el juego no va bien. El último verso habla sobre servir diferentes tipos de whisky en pubs irlandeses para unir a las personas. En general, las canciones celebran el disfrute del whisky y el deseo de un cambio en la bebida.