El protagonista reflexiona sobre el estado actual del mundo. Habla sobre un hombre delgado en Francia que murió de una enfermedad mortal, un incidente en el que una madre mató a su bebé y un primo que consume drogas. También habla de un huracán que destruyó una iglesia y mató a todos los que estaban dentro. El protagonista lamenta que, a pesar de toda esta destrucción y sufrimiento, la gente todavía quiera volar y ser feliz. Se pregunta por qué es así, y finalmente concluye con la frase "signo de los tiempos". Esta frase nos recuerda que las personas deben ser conscientes del estado actual del mundo y actuar para mejorarlo.