La protagonista se describe a sí misma como alguien que nació con prisa y siempre llega tarde, pero está bien con tomarse las cosas con calma. Menciona su lado rebelde (piercing en la nariz) y su confianza en sus propias habilidades. El coro enfatiza su preferencia por tomarse su tiempo y hacer las cosas a su manera, incluso si significa quemar la casa metafórica toda la noche. El puente destaca la importancia de hacer cosas que se sientan bien, mientras que el final insinúa que la protagonista se ve a sí misma como un alma vieja que todavía tiene mucho que aprender, pero está contenta con la lenta combustión.