La canción trata de mantenerse fiel a uno mismo y a tus valores incluso en un mundo frío. El protagonista está enamorado de alguien, y sus ojos puros son más hermosos que cualquier diamante. Quieren tocar y poseer todo sobre su pareja. El estribillo repite la frase "mantente dorado" como un recordatorio de seguir brillando y nunca cambiar quiénes somos. El puente habla de robar el corazón de su pareja con un milagro que parece magia y no querer soltarlo. En general, la canción celebra la belleza del amor y anima a mantenerse fiel a uno mismo.