Las letras hablan de estar presente en espíritu incluso cuando se está físicamente ausente. El protagonista se describe a sí mismo como un monje sin templo y encuentra consuelo en estar allí en espíritu en medio del caos. Recuerdan un tiempo en el que estaban cantando con su pareja, sintiendo su presencia aunque estuvieran separados. Las letras también tocan la importancia de mostrar compasión hacia aquellos que lo necesitan y las consecuencias de no estar espiritualmente presentes. Terminan cuestionando si su amigo está realmente allí en espíritu durante tiempos difíciles. En general, el protagonista enfatiza la importancia de estar allí en espíritu, incluso cuando se está físicamente ausente, y el impacto que puede tener en uno mismo y en los demás.