El protagonista habla de alguien que quería ciertas partes del cuerpo, como manos, pies y dedos, pero la suerte no estuvo de su lado porque esas partes del cuerpo hicieron lo que se suponía que debían hacer. El protagonista no entiende por qué esta persona no pudo manejar la situación y se pregunta qué le dijeron. El protagonista también menciona que si esta persona hubiera sabido lo que todos los demás saben, no habría tomado pastillas que le causaron daño. El protagonista termina diciendo que lo hecho, hecho está y no tiene sentido quedarse pensando en ello, solo hay que reconocer que a veces la suerte no está de tu lado.