El protagonista y otros como él han sido obligados a abandonar sus hogares y ahora viven como refugiados en un campamento de retención fuera de una ciudad. Se les llama "malezas" porque son indeseados y no tienen un lugar al cual llamar hogar. A pesar de ser etiquetados como tal, aún tienen el poder de crecer y prosperar en los lugares que otros descuidan. El protagonista expresa frustración hacia aquellos que los juzgan y descartan, especialmente cuando ellos mismos recurren al protagonista y sus compañeros "malezas" para entretenimiento y escape. En última instancia, el protagonista y sus compañeros "malezas" esperan desafiar los prejuicios y creencias de los demás, y demostrar que son capaces y merecedores de respeto.