Estas palabras evocan el vínculo indestructible e irremplazable de la amistad entre dos personas, que han tenido muchas experiencias juntas durante mucho tiempo. El autor se pregunta cómo hará sin su amiga cuando se haya ido, quién estará allí para decirle la verdad, terminar sus historias y cantar en armonía con él. Se da cuenta de que, a pesar de conocer gente nueva y hacer nuevos amigos, nunca podrá reemplazar a aquella persona que ha estado allí desde el principio, con quien ha compartido tantos recuerdos y momentos preciosos. Incluso después de la muerte, sabe que se encontrarán de nuevo como viejos amigos y que su vínculo no puede ser reemplazado.